Desde sus inicios con la fotografía hasta sus imaginativas y sorprendentes intervenciones actuales, e1000 consigue con su estilo versátil humanizar el espacio público, iluminando con su trabajo lugares olvidados mientras nos hace reflexionar. Su obra se fusiona con la estructura urbana, de modo que la mejor manera de ver su trayectoria es dar un paseo por la ciudad con los sentidos alerta. La sutileza es su herramienta favorita y la sonrisa su último objetivo. Consigue hacer visible que la ciudad y su decadente presencia, no es más que un cascarón vacío a la espera de ser esgrafiada para así revelar lo único verdadero y esencial: el color, la forma y el volumen.
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El lenguaje pictórico de Pablo S. Herrero está indisolublemente ligado al código de las formas vegetales. Árboles y bosques, tanto en piezas murales como en obra gráfica, son el vehículo para mostrar el vínculo entre lo dinámico y lo estático, individuo y comunidad, interdependencia emocional, poder y lucha, sostenibilidad y precariedad. Asume una estética de la calcinación como mirada de repulsa ante la devastación de los sistemas que funcionan sin la ayuda del hombre. Considera la obra en colaboración con otros artistas como uno de los aspectos más interesantes y enriquecedores a la hora de trabajar en la calle.